Posts tagged ‘aire’
Oh niebla del estado más sereno
Unha corrente eléctrica que percorreou o seu corpo. Iso sentíu.
Treméronlle as pernas. Axitouse a súa respiración. Pensou abafar, faltáballe o alento parecía, aínda que bufaba coa carraxe. Arrepíos, iso sentíu.
O desconcerto fíxose dono da súa conciencia. A dúbida contraeu o seu corazón en espasmos acompasados. Parecía que se anubraba o seu entendemento. Desconfianza, iso sentíu.
Mandar todo polo aire. Iso quería mentres apretaba os dentes pretendendo volver á serenidade.
Celos, iso sentíu.
P.S: O título desta entrada é o primeiro verso dun soneto de Luis de Góngora que di, no primeiro cuarteto
¡Oh niebla del estado más sereno,
Furia infernal, serpiente mal nacida!
¡Oh ponzoñosa víbora escondida
De verde prado en oloroso seno!
Decidín deixalo na lingua orixinal.
Agosto
Nun serán agostiño compartiron os corpos e os aromas. (Fotografía e cita de Helena Villar Janeiro)
Nun agosto atrás escolleran a autovía para comezar unha breve viaxe xuntos. Un camiño recto, sen curvas apenas, sinxelo de levar no automóbil que conducían. Guiaba el o coche normalmente, decidía as paradas e cando volver poñerse en movemento. Ela recostábase no asento, regulaba o aire acondicionado, escollía a música e deixábase levar.
Pero agosto tras agosto, seguiron a viaxe e apretaban o acelerador ou pisaban o freo cando a velocidade chegaba a asustalos. Mais ir a modo non significa estar parados e, logo, está claro, a viaxe seguía avanzando. Souben hai uns días que agora van por unha estrada de circunvalación a piques de entrar nunha autoestrada de peaxe da que descoñecen o montante que han aboar. Ela segue deixándose levar ó destino que el queira seguir. Independemente da peaxe que teñan que pagar.
Vengo

Imagen extraída de http://www.zaharadelasierra.es
Vengo con las retinas llenas de imágenes, con la piel plena de caricias, el corazón colmado de cariño. Vengo rebosante de abrazos y risas, apretujada por el cariño, atiborrada de amor, henchida de amistad.
Vengo sabiendo que saldrán a buscarme si por el camino me pierdo; que me tomarán de la mano para acompañarme; que me empujarán en las subidas y me sujetarán en las bajadas. Vengo con los pulmones llenos de aire, capaces de respirar de nuevo tras tanto tiempo ahogándose en las ausencias y las dudas. Ausencias y dudas siguen ahí, pero ya no me ciegan porque vengo con los ojos abiertos, con las gafas puestas, con la luz iluminando las sombras.
Vengo cansada pero avivada desde que subimos a la torre del homenaje y conquistamos a los elementos. Fui deshidratada pero vengo abastecida por el agua de vuestras manos. Vengo habiendo contado en voz alta mis amarguras y pesadumbres, y fueron borradas por un gesto, con una palabra. Vengo inyectada de amistad y no existen en mí ya miedos ni pesares. El futuro y las penas que hoy sabemos que vendrán seguro no me asustan siempre que recuerde que venimos unidas por cadenas renovadas.
Conocimiento de partículas
No tengo claro qué decirte ni qué contarte. No tengo claro tampoco por qué hablarte tan siquiera. Eres una figura permanente en mi vida desde hace años. Siempre presente pero al mismo tiempo moviéndote casi invisible a mi alrededor. Sólo he oído tu voz unas pocas veces en este tiempo, y nunca he escuchado aquello que decías. Si te presto atención, o si tú a mí, quizás entonces nos demos cuenta de que tenemos algo en común. Quizás simplemente aquello en lo que coincidimos es que en realidad no lo hacemos en nada. No entiendo tampoco la necesidad de conocernos. Tú no la padeces; yo no la siento. ¿Para qué entonces si así disfrutamos ambos de una vida perfecta? Yo también soy casi invisible para ti; me muevo y te rozo, me muevo y te muevo. Te toco y me sientes, pero no somos conscientes de la presencia del otro pese a respirar el mismo aire, compartir el mismo espacio. ¿Crees preciso romper esta monotonía singular? Dejémoslo estar. No es preciso más.
Comentarios recientes