Cerró la puerta de la casa tras haber entrado las maletas. Ese bendito silencio que siempre la había acogido como contrapunto perfecto para la algarabía de su vida se convirtió entonces en un silencio que la ahoga. ¡Cómo se echa de menos el sonido de unas voces!
«Estoy abajo», se lee en el móvil. Y abajo va en busca de una cerveza y de las risas que llenen esta calma vacía.
Nota: El título está tomado del segundo verso de un poema que podéis encontrar aquí.
16 octubre 2012 at 15:37 Anabel
"It's raining books", de Kristen Angelo
Se sentó en el sofá con las piernas cruzadas dispuesta a ordenar todos aquellos libros apilados en una esquina.
Tomó el último tomo, el que estaba abajo de todo. Hacía ya tiempo que sabía que había acabado la lectura de esa historia de viajes y aventuras, de risas sin ninguna lágrima; esa novela erótica de algunos momentos sublimes; la novela del morbo, le dijeron cuando la compró. Así que pasó con calma los dedos sobre las letras que componían la última oración, esa que, a modo de epílogo, cual moraleja cualquiera, podría servir como frase para colocar en el espacio dedicado a cómo nos encontramos en un chat o en una red social; y cerró definitivamente el libro. Sonrió, como llevaba haciendo desde que comenzó a leer la primera página, y lo colocó en el estante que le correspondía.
Sobre la mesa puso aquella otra novela de amores que harían palidecer a Lady Chatterley; esa que lleva tanto tiempo leyendo, simultaneando con otras, de manera pausada para no llegar nunca a terminarla. Para conseguir que dure lo máximo posible. Toda la vida, quizás, si pudiese ser. Podría ser, ya que es un volumen muy grueso, de miles de páginas. Para esta no tiene hueco entre los demás libros de su biblioteca. De cualquier manera, finalmente, sitúa encima esa nueva que ha adquirido hace poco, aunque ya hace tiempo que la había anotado en su lista de deseos. Comenzó a leerla ávidamente, casi sin parar, aunque en este momento el ritmo de su lectura es más calmado. Al fin y al cabo, todavía es pronto para acabarlo, que no sabe si ordenarlo por tamaño, color o por orden alfabético.
12 abril 2012 at 18:30 Anabel
Imagen extraída de es.123rf.com
En el quicio de la puerta, dudó un momento.
Entonces recordó todos los noes que había venido recogiendo durante aquel tiempo.
Dejó las llaves sobre el mueble del recibidor. Agarró la maleta, dio un paso adelante y cerró la puerta tras ella.
4 octubre 2011 at 20:24 Anabel
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